¿Es el cristianismo de derechas?

En esta campaña electoral, estamos viendo cómo algunos partidos reivindican las “esencias cristianas de España”. Vemos cómo el PP y, especialmente VOX, enarbolan los postulados clásicos que vinculan a la Iglesia: defensa de la vida, de la familia tradicional (hombre-mujer heterosexual), contra la eutanasia, contra la llamada “ideología de género” y el feminismo radical…pero, ¿son realmente estas, las ideas esenciales del mensaje cristiano?

Veamos algunos ejemplos de los Evangelios y planteémonos: ¿Jesús votaría a Abascal? ¿Era Cristo un peligroso comunista? ¿Es Pablo Casado un hereje irredento?

 

Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. (Juan 3:16-17)

Jesús continuó diciendo, “Si alguno escucha mis palabras, pero no las obedece, no seré yo quien lo juzgue; pues no vine a juzgar al mundo sino a salvarlo.” (Juan 12:47)

No juzgar, no condenar. Igual que la parábola de la mujer adúltera, a la que Jesús no condena aunque la Ley obligaba a lapidar (seguro que todos recordamos «el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra»).

Uno de los que estaban con Jesús sacó su espada e hirió al servidor del Sumo Sacerdote, cortándole la oreja. [52] Jesús le dijo: «Guarda tu espada, porque el que a hierro mata a hierro muere.”

«Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra; al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; y al que te obligue a andar una milla vete con él dos. A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda.


WhatsApp Image 2019-04-17 at 11.16.10Si tu hermano te golpea, ofrécele también la otra mejilla. Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.

Son todo frases centrales del mensaje de Jesús. Vox acaba de proponer la legalización del derecho a portar armas, y la condecoración de aquellos que abatan a quien entre en su casa.

Mc 10, 2-16

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: «¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su esposa?»

Él les respondió: «¿Qué les prescribió Moisés?» Ellos contestaron: «Moisés nos permitió el divorcio mediante la entrega de un acta de divorcio a la esposa». Jesús les dijo: «Moisés prescribió esto, debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio, al crearlos, Dios los hizo hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su esposa y serán los dos una sola cosa. De modo que ya no son dos, sino una sola cosa. Por eso, lo que Dios unió, que no lo separe el hombre».

Puede parecer que este concepto de matrimonio indisoluble es hoy, algo superado. Pero en la época de Jesús, si el marido se divorciaba de la mujer, ésta quedaba sola, separada de su familia, a la que renunciaba para unirse a la de su marido, sin posibilidad de trabajar y rechazada socialmente.

Mendicidad o prostitución son las salidas por las que tenían que optar la mayoría de las mujeres. Por eso, Jesús parte de la igualdad entre hombre y mujeres para evitar que los hombres pudieran abandonar a sus esposas dejándolas desamparadas. Es, en sí, una forma de proteger a las mujeres y de paliar, dentro de la época, la desigualdad que éstas sufrían. 

 

• «Conocéis la suerte del emigrante, porque emigrantes fuisteis vosotros en Egipto» (Éxodo 23,9).
• «No vejarás al emigrante» (Éxodo 23,9)
• «No lo oprimiréis» (Levítico 19,34)
• «No lo explotaréis» (Deuteronomio 23,16)
• «No negarás el derecho del emigrante» (Deuteronomio 24,17)
• «Maldito quien viole los derechos al emigrante» (Deuteronomio 27)
• «Amaréis al emigrante, porque emigrantes fuisteis en Egipto» (Deuteronomio 10,19)
• «Al forastero que reside junto a vosotros, lo miraréis como a uno de vuestro pueblo y le amarás como a ti mismo» (Levítico 19,34).

 

Reúne al consejo y toma una decisión. Extiende tu sombra y convierte en noche el mediodía; esconde a los desterrados, no entregues a los que huyen. 4 Permite que mis desterrados vivan en Moab; sé para ellos un refugio ante la destrucción. Porque la opresión llegará a su fin, y el que ahora ultraja desaparecerá de la tierra.  Isaías 16:3-4 

Mt 25,35: «Pues tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, era forastero y me acogisteis.

Jesús fue inmigrante. Huyó a Egipto escapando de la matanza de los inocentes que ordenó Herodes en Judea. Y quien dice Judea, puede hoy decir Siria. O Irak. Senegal, Somalia, Sudán del Sur. Libia.

No se lee en la Biblia nada acerca de vallas, permisos, regulación de flujos migratorios. “Sed para ellos un refugio ante la destrucción”. ¿Es el devoto Abascal un refugio para los migrantes?

“Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:39)

¿Por qué ante un mensaje tan contundente se establece quién es prójimo y quién no? La mujer no es prójimo, el homosexual no es prójimo, el extranjero no es prójimo, el musulmán no es prójimo… Son tantas excepciones a una sola afirmación que se podría considerar que nadie entra en el concepto de prójimo. Entonces, ¿dónde quedan los mandamientos de Jesús? ¿Acaso son nuestros políticos los nuevos dioses quienes dictan a quién tenemos que amar?

Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.” (Galatas, 3:28)

WhatsApp Image 2019-04-17 at 11.16.10 (1)

La igualdad donde no se diferencia a uno de otros es real, la quieren hacer real. Las barreras entre hombre y mujeres han caído. Sin embargo, mirando alrededor, descubres que cada vez son más los empeños en que se levanten muros entre las personas para limitar nuestra libertad.

Tú, hombre, no te puedes poner un zapato de tacón por mucho que pienses que te estilizaría las piernas como a cualquier otro. De hecho, el mero de pensarlo ya te aparta de la sociedad.

Tú, mujer, tendrás que ir depilada, peinada, pintada y perfumada para estar guapa y perfecta. No puedes permitir que ningún detalle se te escape para lucir radiante. Siempre. En todo momento. Tanto es así que, en el momento en que no lo es, te preguntan si has tenido un mal día, te dicen que tienes mala cara o es que no has tenido suficiente tiempo y has salido con prisa. No existe el planteamiento de que no lo has hecho porque no has querido.

Ejemplos básicos, absurdos y superficiales que marcan un límite bien diferenciado entre él y ella. Si hablasemos de lo importante, parecería que la historia de «El cuento de la criada» no es tan imaginario.

“Y vosotros, amaos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de personas.” (Efisios, 6:9)

Porque es más fácil diferenciarnos, hacernos únicos, que tratarnos a todos como lo que somos, personas. ¿Para qué compartir si puedo codiciar? ¿Para que luchar si yo estoy a salvo? Si mi compañera gana un poco menos, eso me permite ganar un poco más. Mientras cuide ella a los hijos, yo puedo dedicar mi tiempo libre a relajarme. Qué suerte que mi hijo es un niño y no me voy a tener que preocupar de que le puedan violar. Y mejor cura que gay, obviamente.

 


Son todos ellos ejemplos sacados de los Evangelios. Literales. Entonces, y como preguntábamos al principio del artículo, ¿es el Cristianismo de derechas? ¿Aciertan los partidos de derechas al reivindicar el legado cristiano?

Y la respuesta no puede ser otra que no. El cristianismo no es derechas. Tampoco de izquierdas. Hoy día, hemos perdido la perspectiva histórica de lo que supuso en su día el nacimiento de esta fe, pero fue una auténtica revolución.

La expansión del cristianismo supuso la primera vez en la Historia que las ideas de igualdad (entre hombres y mujeres, entre esclavos y nobles, entre ciudadanos y extranjeros) y de amor fraterno se hicieron universales. Fue después, con la institucionalización de la Iglesia y la elevación a religión oficial del Imperio romano, cuando empezó a pervertirse el mensaje original de Jesús.

Pensemos, que hasta el reinado del emperador Constantino en el S.IV, el cristianismo era la religión de los esclavos de Roma, y después se convirtió en la de sus amos, con todos los cambios que ello implicó.

Por eso, no dejemos que nos arrebaten las ideas centrales del mensaje de Jesús. Que nos hagan creer que sólo ellos tienen el derecho decir cuál es la interpretación correcta.

Y para terminar, merece la pena rescatar una frase de la última entrevista al Papa, en la que le preguntan sobre qué consejo daría a aquellas personas que, considerándose cristianos, rechazan la inmigración: «Que se lean el Evangelio».

Sin más.

Texto de A. Ramírez y Havascal.

Si quieres colaborar, puedes mandar tu propuesta a hastaeltiesto@gmail.com

 


Deja un comentario